21 de junio de 2011
Un Tupolev 134 de la compañía Russair, con 43 pasajeros y 9 tripulantes había salido del aerpuerto de Domodedovo, en Moscú y, al intentar aterrizar en el aeropuerto de Petrozavodsk se precipitó a tierra y se prendió fuego. De acuerdo a datos más precisos, además de los 43 pasajeros había 9 y no 5 tripulantes en la aeronave como anunciaban medios locales. Entre las víctimas mortales había un sueco y, al parecer había unos ocho niños a bordo.
Al momento se desconocen las causas de accidente, pero se analiza en primer plano las malas condiciones del clima y un posible error involuntario de los pilotos que aparentemente volaron muy bajo, pudiendo desprender unos cables que alimentan el sistema electrico de las luces de la pista.
