10 de noviembre de 2015
Algunas personas pueden ver ironía en el título de ésta publicación, pero lo irónico está en la fotografía. Resulta interesante y a la vez confuso, ver a los controladores formados en la plaza Benito Júarez. La misma plaza de donde meses atrás fuimos sacados a la fuerza por "la fuerza del orden".
Luego del periodo de ausencia de los controladores por la supuesta negociación ofertada por el IDAC, éstos profesionales vuelven a la esquina más vigilada de la ciudad capital. Vuelven en reclamo por el respeto a sus derechos laborales y sindicales. Pero el irrespeto hacia esos derechos se ha convertido en una violación a sus derechos fundamentales.
Hace una semana los controladores retomaron su lucha. Una lucha conocida más allá de las barreras de la política, del territorio y del idioma. Esta lucha es uno de los temas centrales para la CIDH y para la OIT.
En ésta ocasión, los controladores literalmente dieron un paso y se presentaron a expresar su solidaridad con los invidentes, quienes se mantienen por casi 40 días atrincherados en la plaza Benito Juárez en una vigilia similar a la mantenida por nosotros a principio de año.
Ante la actitud de rechazo de las autoridades hacia éstas personas, ¿Qué puede esperar el resto de la sociedad? ¿Son éstos los hechos que hablan por el presidente? Cada día que los invidentes pasan frente al palacio es un día de lucha, pero también es un día menos de vida. Un día lejos de sus familias.
Hoy los controladores llevan frente al palacio 222 días a la cuenta, desde que el IDAC demostró que no tenía intención de solucionar éste conflicto. No sería sorpresa que otro grupo de la sociedad decida alzar su voz ante los abusos y haga suyo un pedazo de tierra dominicana frente al palacio nacional, con la esperanza de que "alguien los vea".
¿Quiénes son los ciegos? ¿Los que no quieren ver a los controladores frente al palacio? ¿Los que no quieren ver a los controladores dentro del IDAC? ¿Los que no quieren que se comprueben nuestras denuncias? ¿Los que por su actos oscuros pueden perder mucho más que lo que hemos perdido nosotros?
Dentro y fuera del palacio nacional falta calor humano, falta hermandad, falta conciencia, falta vocación. Dentro y fuera del palacio hay muchos ojos y cámaras puestos sobre nosotros y los invidentes, pero ninguno de esos ojos quiere ver.
¿Quiénes son los ciegos? Porque no parece que son los que figuran con nosotros en la foto.
